top of page
Dr. Daniel R. Urcia / Presidente de FIFRA

Conflictividad heredada: indecisiones que cuestan caro


El Ministerio de Trabajo dictó el 12 de Julio a las 21,25 hs. luego de 7 horas de audiencia, la Conciliación Obligatoria para la Federación Gremial del Personal de la Industria de la Carne y sus Derivados y las empresas adheridas a las entidades empresarias UNICA, CAFRISA, AFIC, FIFRA y CECA (ABC) que en su conjunto representan el 85 % de la faena nacional. Las primeras cuatro entidades empresarias suscribieron con la Federación un acuerdo salarial en ámbito del Ministerio de Trabajo el 06 de Abril de 2016, con vigencia hasta el mes de Setiembre inclusive. Este acuerdo, la industria lo viene cumpliendo en su totalidad y aún así fue objeto de medidas de fuerza en virtud de presuntos acuerdos que otro sector de la Industria habría hecho con otra Federación y/o Sindicatos.

Esta situación la adelantamos a las autoridades de la cartera laboral y solicitamos se arbitren acciones para evitar la conflictividad, indudablemente no lo entendieron al demorar 7 horas una audiencia para emitir una conciliación obligatoria de un conflicto que no tiene solución si no se resuelven los problemas de fondo es injustificable. Estas autoridades fueron electas para corregir los errores de la anterior administración, la herencia además de ser la excusa, debe abordarse y resolverse. El convenio que rige la actividad es el CCT 56/75, y las escalas salariales acordadas por las entidades de mayor representatividad debieran ser la únicas válidas a nivel nacional aplicables de conformidad al artículo 5 de la Ley 23.546 y art. 3 de la Ley 14.250, sobre las cuales, algunas empresas y/o sindicatos podrían acordar sumas superiores conforme sus realidades. Sobre esa base es deber y obligación del MTESS efectuar fiscalizaciones en todos los frigoríficos del país, cualesquiera sea su naturaleza societaria y agrupación sindical o empresaria a efectos de asegurar el pago de los haberes mínimos acordados. La demora en la toma de decisiones tendientes a enderezar estos problemas le cuestan muchísimo al sector productivo. Además, el ministerio de Trabajo debe garantizar que al firmarse un acuerdo salarial el mismo será aplicable como base a todos los trabajadores del país bajo el mismo convenio, dado que de lo contrario se afecta no sólo la equidad entre los trabajadores, sino además la competitividad entre las empresas que deben afrontar costos laborales distintos, además de sufrir los severos perjuicios de la adopción de medidas de fuerza. En línea con lo antedicho merece un comentario similar la demora en asumir SENASA la realización del Plan CREHA, cuyo nivel de cumplimiento registra un atraso sistemático y pone en riesgo el cumplimiento de metas para con los mercados de abastecimiento. También merece un nuevo comentario la demora en derogar el límite del peso mínimo de faena, medida que distorsiona las estadísticas y ha sido un rotundo fracaso, no cumpliendo su finalidad. A tal efecto compartimos el análisis del Lic. Miguel Jairala de IPCVA, quien en su informe sobre la evolución de la faena señala: "la tendencia de la ganadería argentina a presentar bajos pesos promedio de los bovinos faenados se origina en una creciente participación de las categorías de hacienda liviana en la faena total y una menor participación de los novillos. Al cierre del segundo trimestre del año 2014, los novillos representaban el 17,6% de los bovinos faenados, y los terneros y terneras sumaban un 28%. Al cierre del segundo trimestre del año 2015, la participación de los novillos crece hasta un 18,8% de la faena mientras que los terneros y terneras mantienen una participación cercana al 28%. Durante junio de 2016, la participación de novillos vuelve a ubicarse en un 19%, mientras que la de los terneros y terneras sigue estando en el 28%. En el año 2005, los novillos representaban entre el 30 y el 35% de la faena" La actual administración asumió el gobierno el 10 de diciembre de 2015 y liberó al sector de numerosas regulaciones que trabaron el desarrollo del sector de ganados y carnes, como los ROEs, los derechos de exportación, los precios máximos, el tipo de cambio desdoblado, la gran barata, etc. Sin embargo, la regulación sobre el peso mínimo de faena continúa afectando a la producción y es uno de los resabios de la mala regulación sufrida a lo largo de los últimos diez años. ¿Cuánto implica en términos cuantitativos limitar la faena de animales livianos? En 2015 fueron faenados 3,9 millones de terneros y terneras, suponiendo que el 50 % hubieran sido de peso inferior, por ejemplo de 240 kilos en pie, es decir 20% menos al peso mínimo de faena, la pérdida de producción cárnica derivada no hubiera llegado para ese año a 70 mil toneladas equivalente res con hueso lo que significa apenas el 2% del total de carne bovina producida. Por lo tanto, este tipo de medidas que buscan un objetivo auspicioso como lo es incrementar el peso medio de faena, tienen una efectividad y un impacto en los números globales muy bajo. Seguramente el costo social de controlar su implementación y cumplimiento es mayor al beneficio derivado de la misma. Por lo tanto, para conseguir mejoras en este indicador no debe trabajarse sobre el margen extensivo, prohibiendo la matanza de terneros livianos, sino sobre el margen intensivo, generando un sistema impositivo y un ambiente de negocios que genere una mayor productividad y expectativas que alienten los procesos de inversión que motiven al productor para estirar los ciclos de engorde y volver a abastecer al mercado interno, nuestro principal mercado, con un novillo que con 18 meses y 400/440 kilogramos que sería totalmente apto para satisfacer la demanda de nuestros consumidores, y a su vez generar sistemas productivos con los grados de flexibilidad mínimos para que sean aptos para la exportación en pocos meses si las condiciones de mercado así lo demandan. Con la promoción de hacienda más pesada (NOVILLOS) se aportaría al mercado el doble de kilogramos que se intenta mediante la prohibición y no se logra.

bottom of page