El consumo ponderado de las carnes de pollos y cerdos supera al de la vacuna lo que ejerce presión sobre los precios en la góndola y de la hacienda. Entre las 3 acumulan un promedio de 115 kilos por habitante/año.
Según los últimos datos oficiales la producción de carne de pollo en enero-agosto cayó 6% mientras que las exportaciones se redujeron 10%.
El consumo promedio ponderado en ese período fue de 43 kilos por habitante/año pero con tendencia al aumento ya que en agosto llegó a 45 kilos.
Las exportaciones están en baja por falta de competitividad y eso lleva a que el mercado interno deba absorber mayor cantidad de carne aviar.
En cuanto a la oferta de carne de cerdos desde la Asociación Argentina de Productores de Porcinos (AAPP) indicaron que permite estimar un consumo per cápita de 13,5 kilos. Los datos oficiales no son menos optimistas, según el ministerio de Agroindustria en agosto se llegó a los 13 kilos promedio.
La mayor oferta de las carnes sustitutas de la vacuna tiene su impacto en los precios. El pollo aumentó apenas 7% en lo que va del año. Su promedio actual de acuerdo al seguimiento del IPCVA es de apenas $35 por kilo.
Además la relación pollo – carne vacuna es muy amplia: se necesitan casi 3,5 kilos de pollo para comprar uno de carne tomando como promedio por la vacuna un valor promedio de $115 por kilo.
Por otro lado, el precio del cerdo viene en aumento aunque según estimaciones de la AAPP se lo consigue a precios 30% inferiores a los que se pagan por la carne vacuna, en tanto, desde el seguimiento de precios del IPCVA se destaca que su incremento interanual fue de sólo 20% cuando la carne vacuna aumentó por encima del 40% tomando como promedio varios de sus cortes más demandados por los argentinos.