En el período enero septiembre los embarques de carne vacuna mejoran sólo 8%. La falta de hacienda y la escasa competitividad complican los embarques y la inserción de Argentina en un mercado demandante.
El seguimiento que hace el IPCVA sobre la evolución de las exportaciones de carne vacuna da cuenta de incrementos marginales con respecto al registro del año pasado que fue muy malo para la actividad sectorial.
El documento del IPCVA destaca que las exportaciones de carne bovina del mes de septiembre de 2016 alcanzaron un valor de aproximadamente u$S90,85 millones, que resultaron 3,0% inferiores a los u$S93,63 millones obtenidos en agosto último; y sin embargo resultaron superiores 27,6% superiores en relación a los aproximadamente u$S71,23 millones que se habían registrado en septiembre de 2015.
Las exportaciones argentinas de carne vacuna durante el mes de septiembre de 2016 se ubicaron en volúmenes moderadamente inferiores a los registros del mes de agosto y sin embargo fueron visiblemente más altas que las de igual mes del año pasado.
Respecto al mes anterior, las exportaciones tuvieron una variación negativa en los volúmenes de 10,7%; y, en la comparación interanual, se mostraron en niveles significativamente superiores: +30% considerando los volúmenes embarcados en toneladas peso producto (no se incluyen menudencias y vísceras).
En los primeros 9 meses del año se exportaron apenas 117 mil toneladas pesos producto lo que significa un incremento de apenas 8% con relación al mismo período del año pasado. En un contexto más amplio, tomando como base de comparación el promedio de exportaciones para los meses de septiembre de los años 2001 a 2010, el registrado en septiembre del corriente año representa apenas el 41% del volumen medio registrado a lo largo de la década anterior.
Las empresas frigoríficas que tienen un pie en la exportación destacan que hay una pérdida notable de la competitividad. Eso tiene que ver con diferentes cuestiones entre las que se enumeran: la alta presión fiscal, el alto valor de costos energéticos y de combustible respecto de países de la región así como también los mayores costos laborales. Otro de las variables que llevan a la pérdida de competitividad es el alto costo de la hacienda. Para graficarlo, detallamos los valores que la industria paga en Argentina respecto de otros países productores de carne vacuna. En el cuadro adjunto se observa cómo, según el relevamiento del IPCVA, a fines de octubre de este año los frigoríficos tenían un costo por kilo en gancho de novillo para exportación incluso más caro que el de Estados Unidos.