La oferta de carnes para consumo interno sigue siendo muy alta aunque en los últimos meses se observa una leve baja impulsada por la menor producción del sector avícola cuyo consumo promedio en los primeros meses del año fue de 41 kilos contra los 45 del 2017.
La producción de carne de pollos arrancó el año con indicadores que dan cuenta de una reducción de la producción. En los primeros meses del año cayó la faena y en consecuencia la producción se redujo 6%. Pese a que también cayeron las exportaciones la oferta para consumo se achicó de los 45 kilos que promedió en el primer cuatrimestre del año pasado a los 41 kilos que alcanzó en enero – abril de 2018.
Los referentes del sector destacan además que esperan que la mejora de la competitividad que se alcanzó con la nueva relación peso-dólar ayude a una mejor inserción en el mercado mundial del producto lo que ayudaría a recuperar la rentabilidad perdida y a retomar la senda del crecimiento.
Por el lado del sector porcino se escuchan quejas por las pérdidas que se acrecentaron en los últimos meses. De todos modos, la oferta sigue creciendo y este año el consumo local promedia los 15 kilos por habitante/año.
En tanto, el sector vacuno ofreció al mercado local un volumen tal que permite un consumo promedio de 59 kilos, el mismo que el año pasado.
Entre las 3 carnes la oferta implica un promedio por habitante y año de 115 kilos lo que indica que el mercado local sigue muy bien abastecido.