El analista Ignacio Iriarte comenta los cambios que se vienen dando en los precios del ganado para faena y los motivos del faltante de oferta. También destaca que los precios de la invernada siguen atrasados.
La hacienda liviana de consumo acumula al día de hoy una suba cercana al 50% con respecto al promedio de diciembre. El incremento sorprendió a la mayoría de los operadores, pese a que el feedlot venía avisando que se estaba vaciando, pero pocos le hicieron caso; los exportadores, por su parte, venían descontando que la camada abundante de novillos del segundo semestre del año pasado se iba a cortar a principios del 2019.
El incremento del precio de la vaca conserva y del novillo pesado ha sido mucho menor, pero con un tipo de cambio estancado esta suba en dólares se está llevando la mayor parte de las ganancias que tenían hasta hace pocas semanas la mayoría de los frigoríficos exportadores. Si la hacienda sube, y el maíz, de la mano del dólar, permanece estable, comienza nuevamente a ser rentable transformar grano en carne, de cara a una cosecha muy importante de maíz y con silajes que están dando rendimientos muy altos. Si va a haber mucha disponibilidad de alimento, es muy probable que muchos productores mixtos compren terneros para engordar, ahora que la relación carne/grano, en pocas semanas, ha pasado de 10 a 1 a 13 a 1.
El auge de la recría explica en parte el bache de oferta de ganado gordo liviano: en los datos de faena se observa en los últimos meses una caída importante en la matanza de terneros machos y hembras. Hay menos hacienda gorda liviana -cuyo faltante es lo que más le duele al mercado- en buena medida porque el productor está haciendo menos kilos a grano y más kilos baratos a pasto, a favor de una primavera y un verano excepcional.
Compra/venta
La diferencia de compra/venta (ternero negro 180 kg/novillo Liniers 350-390 kg) para el mes de febrero de los años 2009-2018 resulta en promedio de +15,4. El cociente más bajo se da al principio de la serie, en febrero de 2019, pleno período de liquidación, con una diferencia negativa para el criador (positiva para el engordador) del 4%, o sea, el gordo cotizando 4% por encima de la invernada. Sólo dos años después, ya iniciado el proceso de recomposición de existencias, la diferencia positiva a favor del ternero de invernada llegó al 34%, el valor máximo de la serie. En los años siguientes cae, hasta llegar a un modesto 5% en 2014. En febrero del 2015 se recupera a un 29%, ya con las expectativas de un cambio de gobierno y de política ganadera, y en febrero del 2016, al inicio de la gestión Macri, se ubica en 26%, reflejo en buena medida del optimismo predominante en el sector. Desde entonces la relación de compra/venta se ha deteriorado, y hoy, en un momento de gran confusión, puede decirse que por primera vez y en diez años el gordo vale más que la invernada. Esta relación adversa para el criador se da en un momento en que todavía la oferta de terneros es incipiente y el grueso de la zafra no ha aparecido.
El feedlot, que compra el 60-70% de los terneros, no tiene ganancias ni margen extraordinario para compartir o transferir al criador, y no está en condiciones de pagar ningún sobreprecio o prima por la invernada al encarar el negocio del engorde a corral.