Ignacio Iriarte destaca la alta oferta ganadera y la caída del consumo y de los precios de la exportación, al tiempo que resalta los efectos de la posible reducción de la oferta si llegan las lluvias. Además analiza lo que dejó el 2022.
Una oferta ganadera creciente, una demanda del consumo local que muestra una debilidad pocas veces vista y una exportación que sufre el doble efecto de la caída de los precios internacionales (-30%) y del fuerte atraso en el tipo de cambio. Grandes zonas del país ven semana a semana agravarse la seca, y muchos establecimientos se ven obligados a bajar la carga y vender, aunque los pronósticos climáticos prometen que entre mediados de enero y mediados de febrero comenzarían a registrarse las tan necesitadas precipitaciones. Una paulatina mejoría en la grave situación forrajera traerá seguramente una caída en la oferta de todas las categorías, pero especialmente la de novillitos y vaquillonas, cuya faena está hoy incrementada -inoportunamente- a causa de la seca. A medida que pasan las semanas, si bien la seca se agrava, aumenta las probabilidades de que llueva y de que caiga la faena, y aumentan las posibilidades de que se recuperen -parcialmente- los precios reales de la hacienda. Los valores de la hacienda, después de diez meses de atraso acumulado, se han convertido en términos quinieleros en “un número atrasado”. Sera difícil recuperar en el corto y mediano plazo el nivel de los precios del gordo y de la invernada del otoño último, que fueron los más altos en términos reales desde 1960 a la fecha: el consumo se ha derrumbado, y los precios internacionales se ubican 25-30% por debajo de entonces.
Variables
En el año 2022 la faena de ganado vacuno totalizó 13,4 millones de cabezas, 426 mil animales más (+3,2%) que el año previo. La tasa de extracción (faena/stock) resultó del 25%, cerca de un punto porcentual por debajo de la tasa considerada de equilibrio (26%), por lo que no habría que esperar, en principio, cambios de importancia en el stock ganadero a diciembre del año que acaba de terminar.
El peso medio del 2022, unos 233 kilos en gancho por animal, se ubica unos tres kilos por encima del año anterior, producto de una mayor proporción de novillos y de una menor participación de terneros en la matanza. El incremento del peso en gancho es modesto, pero auspicioso.
El peso medio del año 2022 es el más alto de los últimos 31 años. Como resultado de la combinación de una mayor faena (+3,6%) y de un peso medio mayor (+3 kilos), la producción de carne vacuna en el 2022 se incrementó un 5,0%, para alcanzar los 3,13 millones de toneladas, volumen sólo superado en cinco oportunidades desde 1990.
El máximo de la serie 1990-2021 se dio en el 2009, en plena liquidación, con 3,38 millones de toneladas, y el mínimo se dio en el 1999, con 2,47 millones de toneladas. La participación de las hembras en la faena en el 2022 se ubicó en el 45,3%, unas siete décimas por debajo del año anterior. La participación más alta de la serie 1990-2021 se dio en el 2009, con 49,3%, y el mínimo en el 2011, a la salida de la liquidación K, con el 37,4%. El consumo doméstico, también para el año pasado, habría sido de unos 48 kg per cápita, prácticamente el mismo nivel del año anterior. En el período 1990-2021, el máximo nivel de consumo se logró en el 1990, con 77 kg per cápita, y el más bajo en los años 2021- 2022, con 48 kg per cápita.
En el 2022 la exportación totalizaría las 900 mil toneladas (res con hueso), unas 100 mil toneladas más que el año anterior, y el volumen más alto de los últimos treinta y un años, junto con el 2020, cuando se embarcaron 903 mil toneladas. La exportación el año pasado habría sido el equivalente al 28% de la producción de carne vacuna, que junto con el 2020 son los registros más altos de la serie 1990-2021. En el 2001 (crisis de la aftosa) las exportaciones fueron sólo el 6,1% de la producción, y en los años 2012-2015, los embarques fueron equivalentes a sólo el 7% de la producción.
Bajo el supuesto de que la seca se revertirá en algún momento del primer bimestre del año, puede preverse que tendremos varios meses en que la faena, el consumo y la exportación no mostrarán grandes cambios con respecto a las tendencias del año que acaba de finalizar.
Comments