En su informe Ganadero el consultor se refiere a la oferta ganadera y las posibilidades de demanda del consumo y la exportación. También analiza la faena vacuna.
Precios muy altos en términos reales, igualando incluso los máximos históricos del otoño del 2022, pero amenazados por la alta inflación prevista para los próximos meses. El fuerte aumento del IPC, que se prevé para enero y febrero, pone en peligro el tipo de cambio real, el poder adquisitivo de grandes sectores de la población y los costos de producción ganaderos, los cuales en las últimas semanas han crecido bien por encima de la inflación.
Se parte de precios reales muy altos, con una oferta que probablemente decline en los próximos dos meses, a causa del paulatino vaciamiento de los feedlots y de la retención estacional. La liquidación causada por la seca se terminó.
La exportación, el sector más dinámico hoy en la formación de los precios, se beneficia con la quita de muchas limitaciones cualitativas y cuantitativas a las ventas al exterior, pero ve con mucha preocupación el aumento en las retenciones, y la evolución del tipo de cambio, el cual ha quedado -por ahora- casi fijo en un contexto casi hiperinflacionario.
El consumo, en medio de la crisis, viene mostrando en diciembre una firmeza notable, con una disminución porcentual de la ingesta bien inferior al aumento registrado en términos porcentuales en los precios reales al mostrador. Un caso de marcada inelasticidad de la demanda. Vienen tiempos complicados, pero la oferta ganadera será limitada y será también difícil que el tipo de cambio vuelva a atrasarse como en los últimos años.
Faena
En diciembre último la faena se ubicó en los 56.200 cabezas diarias, casi al mismo nivel de noviembre, pero por debajo de los envíos de octubre (59.100 cabezas) y del pico de 65.500 animales diarios de julio del 2023.
Sigue llamativamente baja la faena de novillos, que en diciembre promedió las 12.800 cabezas diarias, el mismo nivel de noviembre, pero un 24% por debajo del máximo anual registrado en junio, cuando los envíos de esta categoría promediaron las 16.750 cabezas/día.
Se mató mucho novillo y novillito por adelantado a causa de la seca, y se estaría verificando una retención estacional, favorecida por el estado de los campos, la escasez y alto precio de la reposición y la elevada incertidumbre, que invita a diferir las ventas.
«Parte de la escasez es por la retención de primavera, haciendo kilos baratos, pero gran parte es a causa de que los novillos no están». En cuanto a los envíos de vacas, bajan levemente en diciembre -por razones estacionales- con respecto a noviembre, pero con 10 mil animales diarios los envíos se ubican lejos del pico anual de abril pasado, que fue de 16.500 vacas por día.
La faena de vacas ha bajado, pero está todavía un 13% más alta que un año atrás. Para el 2024 puede esperarse una oferta muy ajustada de vacas -que todavía puede bajar más- y de novillos, que pueden presentar en marz oabril una leve recuperación con respecto a los muy bajos niveles actuales.
En diciembre todavía se registra una oferta muy alta de vaquillonas: con 16 mil cabezas diarias ha caído -pero poco- con respecto al pico anual de octubre pasado, cuando los envíos resultaron de 17.500 cabezas diarias. Por último, los envíos de novillitos en el mes de noviembre fueron de 13.500 animales por día, mostrando una tendencia a la baja, pero en un nivel todavía muy alto, apenas mil cabezas por debajo del máximo anual verificado en octubre pasado.
La faena de vaquillonas y novillitos, categorías por excelencia del consumo interno, seguirá cayendo en los próximos meses, al compás del vaciado de los feedlots. Se prevé una escasez relativa de estas categorías para febrero-marzo.
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