La oferta ganadera sigue en niveles altos a pesar de la caída respecto del excepcional volumen procesado en 2023. El analista Ignacio Iriarte dice que los precios podrían mejorar si sigue bajando la inflación y mejoran los ingresos de la población.
Una oferta ganadera más baja que un año atrás, pero todavía más alta que en los últimos años «normales», como lo fueron el 2021 y el 2022, con una participación de las hembras en la faena (de 48,2% en abril) por encima de los niveles de equilibrio.
Precios reales declinantes, con una exportación en rojo y un consumo doméstico en los niveles más bajos registrados en un siglo. Si bien la faena puede mantenerse relativamente alta en los próximos meses, por el importante volumen de hacienda que se está encerrando, los precios pueden recuperar parte del terreno perdido si la inflación sigue bajando y los ingresos de asalariados registrados y jubilados comienzan paulatinamente a recuperarse.
Para más adelante, no en lo inmediato, la esperanza está puesta en un eventual levantamiento del cepo y en una mejora en términos reales del tipo de cambio. Se está exportando el 30-32% de lo producido, y éste sería el sector de la demanda que lideraría en el mediano plazo la recuperación de los precios reales del ganado.
Faena La oferta de ganado en abril cae con respecto a igual mes del año pasado -año de la seca-, pero menos de lo esperado. En abril la faena diaria fue de 55 mil animales, mostrando un repunte estacional con respecto al primer trimestre del año, que promedió los 53,9 miles de cabezas diarias, pero bien por debajo de la matanza de abril del año pasado, que fue de 62 mil cabezas por día.
La faena actual se ubica todavía por encima de un año «normal» (2002-2022), con una faena de hembras que se mantiene claramente por encima de los niveles de equilibrio: en abril la faena de hembras fue del 48,4%, contra el 45,4% de participación promedio de los últimos 24 años para ese mes del año.
Con respecto al año pasado, en abril la faena diaria de vacas cae un 22%, y la de vaquillonas un 6%, mientras que a matanza diaria de novillos se reduce un 9% y la de novillitos un 6%. Ha caído más la oferta de animales trabajados por la exportación (vacas y novillos) que la oferta de categorías netas de consumo (novillitos y vaquillonas).
En los primeros cuatro meses del 2024 la faena de ganado vacuno ha caído un 8,5% con respecto a enero-abril del año pasado, esperándose que esta tendencia negativa se modere en los próximos meses.
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