Horacio Percunte se hizo cargo de la empresa con tan solo 19 años a mediados de los 90. Desde entonces apostó por su modernización. Venta cortes envasados, quiere exportar y sostiene que la industria debe acompañar los cambios que se dan en el consumo
El Brillante es el nombre del frigorífico que el papá Horacio Percunte refundó en 1983. Fue el año del regreso de la democracia y de la puesta en vigencia de la ley de carnes en Entre Ríos que obligó a ordenar y organizar al negocio.
El padre de Horacio venía de trabajar durante años en una firma metalúrgica proveedora de industrias cárnicas lo que le permitió conocer el rubro y cuando tuvo la oportunidad se metió de lleno.
Pocos años más tarde, en 1989, el fundador de la empresa falleció. Dos tíos de Horacio que trabajaban en la empresa se hicieron cargo de su funcionamiento hasta que terminó el secundario y le pudieron pasaron la posta. Tenía sólo 19 años, era muy joven, pero muy emprendedor como su padre.
En El Brillante trabajan más de 30 personas entre empleados directos e indirectos y produce carne de tres especies: vacuna, porcina y ovina.
Al mes faenan 1200/1300 cabezas de las cuales mil aproximadamente son vacunas, el resto son porcinas y la de ovinos depende de la oferta que es más bien zafrera.
La carne se vendía hasta hace poco en medias reses, pero el interés por la modernización lo llevó a incorporar tecnología que le permitió el despostado y la venta de cortes envasados con baja densidad o al vacío de todas las especies.
Percunte tiene 47 años y casi 30 como empresario, conoce muy bien el rubro y está viendo cambios en el consumo que considera que la industria debe acompañar.
“Los argentinos están modificando sus formas de consumo. En las parrillas del fin de semana hay otras carnes en gran medida porque el dinero rinde menos, entre los jóvenes prospera el consumo de hamburguesas y además el que compra cortes quiere tener más información respecto de su terneza, forma de cocción, de dónde viene y cómo se produjo, a esos cambios debe adaptarse la industria frigorífica”, sostiene.
El empresario cree que no se puede seguir “vendiendo carne a granel” una metáfora de la venta por medias reses. “La carne debería venderse con más información, como si fuera una especialidad, con marca también y e información sobre el corte y cómo se produjo”.
Pero para ello hay requisitos previos, se necesitan de condiciones que den lugar a esos cambios
“Eso se podría haber dado antes o sería más rápida si el rubro tuviera rentabilidad, pero va despacio porque no se cuenta con el dinero necesario ni hay créditos posibles de asumir. Se requiere primero de un ordenamiento de la macroeconomía”, indicó.
Luego agregó: “si hubiera dinero en la gente gastaría más en alimentos e ingresaría más dinero a la cadena que podría avanzar en su modernización, pero no es lo que está pasando”.
Otra condición necesaria, consideró el empresario, es la apertura a los mercados internacionales.
“No puede ser que exportar sea algo tan engorroso, que haya derechos de exportación o un tipo de cambio desdoblado que reduce notablemente el ingreso de dinero al que genera divisas y trabajo”
El empresario dijo que luego del envasado al vació con el que piensan avanzar en el mercado interno apuestan a lograr las habilitaciones para exportar lo más pronto posible.
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