El analista Ignacio Iriarte destaca que sigue siendo escasa la oferta de ganado liviano y los buenos precios de la hacienda para la faena. Dice que el faltante también se da a nivel global y que por eso los precios son buenos pero que las bajas llevan a que la industria trabaje a contramargen.
La oferta de ganado liviano sigue siendo muy reducida, ubicándose hoy el precio real del novillito un 75% por encima del promedio de los años 2005-2021. La exportación, con la baja reciente de los precios FOB, que es del 20% para el Hilton y del 7-10% para los principales cortes que se destinan a China, está trabajando con «contramargen». El precio del novillo pesado en la Argentina, medido en dólares oficiales, se ubica al mismo nivel de Estados Unidos o de la Unión Europea, producto de la combinación de cotizaciones muy altas en pesos y de un importante y creciente atraso en el tipo de cambio. La guerra de Ucrania ha afectado a los ingresos y las expectativas de los consumidores tanto en Europa, como en el resto del mundo: inflación, subas de tasas de interés, aumentos del gas, de los combustibles y de la energía, traen una caída en los ingresos reales de los consumidores. Por otra parte, la política sanitaria de «Covid 0» de las autoridades chinas, de persistir, puede afectar considerablemente las importaciones de carne; en abril, las compras de todo tipo de carne del gigante asiático ya fueron un 36% inferiores al año pasado. Hoy la invasión a Ucrania, el «Covid 0» en China, la inflación y la debilidad de las monedas de los principales países que importan carne vacuna, están conformando un panorama complicado. En el corto plazo es todo incertidumbre. De todos modos, la oferta de carne vacuna en la Argentina y en el mundo continúa siendo insuficiente, y los precios internacionales de la carne siguen ubicándose en niveles muy altos en términos históricos.
Estacionalidad
De acuerdo a la estacionalidad de los precios del Novillito en Liniers (300-390 kg) observados en los tres últimos años (2019-2021), el pico anual de precios reales se da en febrero-marzo, para luego caer en los meses posteriores, de abril a octubre, en forma leve pero constante, con una caída acumulada del 10% en siete meses. En noviembre el precio real experimenta una recuperación importante, se afirma en diciembre, cede algo en enero y toca su máximo anual en febrero-marzo. En los últimos tres años el precio real de noviembre se ubica solo un 2% por debajo del máximo anual de febrero-marzo. Si se estudia la estacionalidad para un período más largo (2005-2021), con una participación del feedlot mucho mayor a la actual, los precios reales también tocan un máximo anual en marzo, para caer en los siete meses siguientes, y experimentar una recuperación parcial en noviembre. La estacionalidad de precios que se observa en los años recientes muestra como novedad que la «clásica» suba de los precios reales de febrero-marzo, en los últimos tres años se anticipa en gran parte a noviembre, dado que para ese momento del año tiende a agotarse la oferta del feedlot; éste incrementa el número de cabezas encerradas con la zafra de terneros en febrero-junio, y tiende a vaciarse en agosto-octubre.
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