Los precios de la carne en la góndola y de la hacienda en pie tuvieron mejoras interanuales reales lo que da cuenta del interés del consumo local por el producto. Mientras el ingreso a la cadena del pollo y del cerdo se redujeron.
Los precios de la carne según la medición del IPCVA tuvieron un suba del 56% en los últimos 12 meses y del 2,3% en julio.
La misma suba interanual se dio para la hacienda. Comparando los valores de julio 20 contra julio 19 el novillito pasó de 60 a 92 pesos por kilo vivo, el promedio de los novillitos de 65 a 102 pesos, las vaquillonas de 62 a 97 pesos.
Todas las categorías vacunas que abastecen al consumo interno tuvieron mejoras superiores a la inflación, en definitiva la industria trasladó la totalidad del incremento del precio de la carne al valor de la hacienda.
Eso da cuenta además del interés del mayor cliente de la Argentina por este producto que sigue al tope de sus preferencias a pesar de la crisis económica y la pandemia. En tal sentido cabe señalar que la suba del pollo fue de 43% la del cerdo de 45% según el relevamiento del IPCVA, ambas carnes tuvieron subas menores a la inflación y en definitiva el ingreso a esas cadenas en términos reales se redujo.
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