Por Daniel Urcía, presidente de FIfra
Estamos finalizando mayo tal como lo adelantamos en nuestro anterior newsletter los precios de la carne vacuna se amesetaron y eso redujo su impacto en el índice de precios al consumidor y eso se reducirá aún más en mayo.
Los precios de la ganadería en general se mantienen firmes tanto para la exportación como para el consumo. Pese a que los productores esperan valores aún mejores, están tocando los niveles máximos de las series históricas a precios constantes.
Por la menor oferta de hacienda, las faenas de los primeros tres meses del año fueron menores a las de 2024, aunque en abril se empató el nivel de actividad industrial con el de igual mes del año pasado. Y a eso se agrega la caída estrepitosa del precio del cuero que afecta seriamente las cuentas de las industrias.
Hay una menor oferta sobre todo de vacas y de novillos que impacta en los volúmenes de exportación donde se evidencia una reducción marcada de los negocios.
Entendemos que el escenario productivo es bien diferente y mucho mejor al que se dio el año pasado: hay buenos precios, una positiva relación insumo – producto y por sobre todas las cosas mejoró el clima. Las lluvias favorecieron el desarrollo del forraje y los productores tienen más opciones para la retención de las vacas y así pueden analizar mejor si le dan otra oportunidad antes de mandarlas a faena.
Los precios de terneros y vacas para la faena son buenos, eso también favorece las inversiones en la cría y la tenencia de animales que esperamos se traduzca en una recomposición del stock vacuno a mediano y largo plazo.
En este contexto sería muy importante que los legisladores nacionales, salieran de sus internas y dieran «tratamiento y aprobación» a la Ley de Inversiones y Empleo para así aprovechar totalmente esta oportunidad de crecimiento en la producción ganadera que beneficiará a toda la cadena, desde el productor de cría hasta el consumidor final, pasando por los eslabones industriales que son los mayores generadores de empleo e incluyendo al Estado que forma parte de la misma y que se verá favorecido del crecimiento sectorial mediante el cobro de impuestos.
Tenemos que destacar la misión comercial por el sudeste asiático en la que se trabajó arduamente junto con autoridades nacionales entre los que estuvo el subsecretario de Mercados, Agustín Tejeda su equipo. FIFRA decidió acompañar institucionalmente esa misión en Indonesia, Japón y China, porque es una labor esencial que debemos consolidar.
A la par que debemos trabajar corrigiendo las inequidades del mercado doméstico. Es necesario abrir nuevos horizontes para no dejar pasar más oportunidades.
A inicios de mes también se logró un acuerdo salarial con las dos Federaciones gremiales de trabajadores. Se recompusieron los haberes que permiten a los trabajadores no perder el poder adquisitivo respecto de la inflación. Estos acuerdos deben ser homologados por la Secretaría de Trabajo para que se logre formalmente su complimiento en todo el país.
Esos esfuerzos deben ser acompañados por medidas de parte de los funcionarios.
En tiempos de menor faena la competencia desleal crece y la informalidad laboral es una constante. Además del problema de litigiosidad, que encarece los costos laborales (ARTs), el sistema judicial (que en general mira para otro lado) admite reclamos millonarios que luego se transan por menos del 10% del valor original sin sanción para sus patrocinadores aventureros. Esa “picardia” obliga a las aseguradoras a previsionar montos muy elevados que encarecen los costos de las empresas.
Como hemos dicho ya en otras editoriales, estos son los famosos costos argentinos que debemos corregir para ser verdaderamente competitivos, tanto en materia fiscal, sanitaria como laboral.