En la primera quincena de febrero, los envíos a faena muestran una caída considerable con respecto al mes anterior y con respecto a febrero del año pasado. Llama la atención la baja oferta de vacas, mientras se afirma la caída estacional de la oferta de novillitos y vaquillonas, después del pico de diciembre pasado.
Esta restricción de oferta permite a los precios de la hacienda consolidarse en un escalón un 28% más alto -en términos reales- que en octubre pasado. El Feedlot muestra un volumen de hacienda encerrada un 5% más alto que un año atrás; con la suba del precio del gordo, con la invernada que ha subido en menor proporción, y con un costo por kilo ganado que resulta bien inferior al valor del kilo terminado, los corrales han recuperado una modesta utilidad.
De acuerdo a la estacionalidad de años anteriores, por varios meses la oferta de los feedlots se mantendrá limitada, y el precio del gordo liviano se estabilizará hasta mediados de año en niveles altos, para luego declinar. Es probable que para julio-agosto se encuentren 2,1-2,2 millones de cabezas encerradas, igualando los récords históricos que se dieron en el 2009 y en el 2024.
Un mercado internacional que ha comenzado el año con el mismo tono positivo de los últimos meses del 2024, tanto en los volúmenes comercializados, que se mantienen muy altos, como en los precios de la carne, que en varios mercados muestran una incipiente mejora.
Gasto en carne. La serie histórica de gasto en carne vacuna (kilos consumidos por precio al mostrador) tiene su valor más bajo en el año 2003, con unos $309.000 anuales, después de la intensa recesión provocada por la mega devaluación del 2002.
Este indicador mejora a lo largo de la década siguiente, hasta tocar el máximo nivel histórico en el 2010, con un gasto de los argentinos en carne vacuna de $503.000 anuales. Acá se da la combinación de una ingesta todavía alta (57 kg per cápita) con un precio de la carne -y del ganado- muy altos, después de la depredación K, de la ganadería, de los años 2007-2010. Luego este indicador ha ido bajando a lo largo de la década del 2010, hasta tocar un piso en el 2019, con $344.000 de gasto anual (a pesos de hoy) en carne vacuna.
Durante la presidencia de CFK el gasto promedió los $457.000 mil anuales, y en la de Macri los $387.000 por habitante y por año. Mirando la historia reciente, se observa que en el 2023 el gasto se ubicó en los $433.000 anuales.
El año 2024 comenzó con un gasto en enero (equivalente anual) de $474.000 -residuos del «plan platita»-, para caer ininterrumpidamente en los meses siguientes, hasta tocar un piso de $325.000 en noviembre pasado. En ese momento se combinó una ingesta reducida con un precio real de la carne al mostrador muy bajo, después de siete meses de caída.
En enero del 2025, con un aumento del consumo per cápita y con una suba significativa del precio al mostrador, este indicador del gasto estaría en el orden de los $400.000 (equivalente anual), mejorado con respecto a los bajísimos niveles de mediados del 2024, pero lejos todavía de los promedios históricos.